Las especialidades
El mapa dulcero asturiano, al par que extenso, ofrece también unas singularidades localistas muy dignas de tener en cuenta. Algunas de ellas son propias de un lugar o comarca, como sucede, por ejemplo, con la venera en el occidente o el panchón por tierras alleranas; otras, aunque gozando actualmente de cierta expansión, reducen su ámbito a un establecimiento en concreto, que fue en su día quien les dio existencia y fama.
Destacan como más importantes:
- Los carbayones, propios de Oviedo (carbayón es el nombre con el que se designa humorísticamente a los ovetenses). Su fórmula fue creación, hace de esto casi un siglo, de la Confitería Camilo de Blas, que aún sigue ofreciendo su producto como en los viejos tiempos. En la actualidad los carbayones se han difundido por toda la región.
- La charlota de Gijón, postre de origen francés del siglo XVIII, incorporado a la repostería local por el austríaco Friedrich Wazinger, establecido en la villa de Jovellanos a mediados de este siglo. La fórmula de este postre, hoy extendido por todo el Principado, perdura en su versión original en Confitería Agüera, de Gijón.
- El postre gijonés, creación de la confitería gijonesa La Fe, hoy muy extendido por la zona pero sin salir del ámbito municipal.
- Los bartolos, de origen castellano, introducidos en Laviana por la Confitería Gersan hace casi un siglo y actualmente muy extendidos por Asturias.
- Los carajitos del profesor, cuyo origen hay que remontarlo a los macarrons franceses o a los carajitos madrileños en los que se sustituyó la almendra por avellana molida. Su creación e introducción en Asturias tuvo lugar en Salas de la mano de José Fernández, el Profesor, hacia el año 1927. Siguió en la andadura su hijo Falín y en la actualidad la receta está en manos de Marichu Fernández Llavona. Algunos establecimientos de Salas y de Cornellana, además de Casa El Profesor, elaboran esta especialidad.
- El tocinillo de Grado, es un tocinillo de cielo elaborado por la Confitería Tejeiro, de Grado.
- Las princesitas, muy extendidas por Asturias, cuya promoción se debió a la iniciativa de Fabián Castaño, en la confitería gijonesa La Playa, establecimiento que aún continúa en esa actividacl dulcera.
- Los bombones, también muy generalizados en Asturias, destacan como suprema especialidad en la ovetense Confitería Peñalba.
- Los moscovitas, especialidad de la ovetense Confitería Rialto.
Aunque muchas de estas especialidades se encuentran ampliamente difundidas por toda la región, puede decirse que la fórmula primera, la original, es guardada celosamente por sus creadores o herederos; de ahí que las recetas generalmente divulgadas adolecen de ese toque, de ese secreto, que identifica la verdadera realidad del producto.