Los carápanos

Los carápanos

Los carápanos Entre las muchas cosas que se están perdiendo en Asturias quizá sean los carápanos los frutos que más vertiginosamente se dirigen al olvido; tanto que muchas personas prácticamente desconocen esta fruta, antaño frecuentísima en los campos de la región. ¿Qué son los carápanos, o cadápanos, que también se llaman así? Cualquier diccionario bable al uso define a este árbol como «níspero, arbolillo rosáceo, de tronco tortuoso y de ramas abiertas, hojas elípticas, flores blancas y por fruto la níspola». El carapanal, o níspero común, Mespilus germanica, no debe confundirse con el que hoy se conoce como níspero en Asturias; éste es el

Las materias primas

Las materias primas

Las materias primas «Aun cuando Asturias es una región privilegiada para el cultivo de los árboles frutales, y el rendimiento económico de los mismos solamente puede compararse al que se obtiene de los productos de la huerta, nuestros agricultores no le dan la debida importancia, y en la mayoría de los casos los frutales pasan a ser cosa secundaria en el conjunto de la casería». Estas palabras abren el capítulo I del libro El cultivo frutal escrito en 1963 por el ingeniero agrónomo Sergio Álvarez Requejo, entonces responsable de la Estación Pomológica de Villaviciosa, hoy Centro de Experimentación Agraria. Palabras que simultanean dos afirmac

Los membrillos

Los membrillos

Los membrillos Ya no hay membrillos en Asturias. O, si los hay, quedan pocos. Frases como ésta, escrita en 1741, «es el membrillo una de las frutas más caseras y también de las que están más en uso entre los particulares», son hoy para los asturianos el testimonio de un algo que merece la pena recordar. Al membrillo, en el Principado, se le llamó marmiellu o maramiellu; y el árbol marmiellal. Se dice que este nombre guarda relación con el color del fruto (amarillo = amariellu), si bien es mucho más correcto derivarlo del término latino melimelum, con el que se designaba, ya en la antigua Roma, al dulce de membrillo edulcorado con miel. Dioscó

La vid

La vid

La vid Cuando Estrabón cuenta que los primitivos astures «tienen poco vino» (vinum parum habent) da a entender que ese poco lo obtenían de otros lugares y tierras fuera del Principado. Parece demostrado que la entrada de la vid en la región se debe a la etapa de dominación romana, aunque su cultivo, entendido ya como actividad agraria importante, debió implantarse en la época altomedieval coincidiendo con la llegada de monjes. Así opina el profesor Perfecto Rodríguez: «La invasión musulmana, al provocar la llegada masiva de monjes y nobles a nuestro territorio, producirá el despertar de una economía rural aletargada, así como toda su evolució

Cerezo y guindo

Cerezo y guindo

Cerezo y guindo El cerezo, Prunus avium L. , y el guindo, Prunus cerasus L. , son frutales frecuentísimos en Asturias, predominando más el cultivo del primero que el del segundo. Se supone que el origen del cerezo dulce, Prunus avium, se localiza en la región del Cáucaso y en Asia Menor; la del guindo, o cerezo ácido, en la parte occidental del Asia Menor. Se sabe, también, que antes de practicarse la agricultura de forma intensiva, cerezos y guindos ya se habían difundido ampliamente por toda Europa. En Asturias es árbol tan tradicional y antiguo que su historia se remonta a épocas muy primitivas. Ir a cereces, es decir: recolectar esas cere

La higuera

La higuera

La higuera Es la higuera, a quien los botánicos llaman Ficus carica L. , árbol cuya antigüedad se remonta casi con seguridad a la era terciaria y, ya sin lugar a dudas, al cuaternario según demuestran las investigaciones realizadas en Montpellier, Toscana y La Alle, por Planthon, Saporta y Gaudin. De este árbol se habla en la Sagrada Escritura (Génesis, Reyes, etc. ), en La Odisea, en las obras de Aristóteles, Teofrasto y Dioscórides, así como también tratan de su cultivo los latinos Catón, Varrón, Columela y Plinio. Parece ser que el cultivo de la higuera tuvo sus inicios en Siria para extenderse después a China y la India, si bien, tal como

El ciruelo

El ciruelo

El ciruelo El ciruelo (ciruelar) es juntamente con el peral uno de los árboles frutales más cuidados en la huerta asturiana, aunque su incidencia en la economía del mercado de la fruta sea mucho menor que la del manzano. Toda la documentación medieval referente a legados, herencias, donaciones, etc. , abunda en citas donde prácticamente nunca faltan alusiones a plantaciones de ciruelos, lo que viene a demostrar su antiquísima presencia en suelo astur. Las variedades más frecuentes en la región son las europeas (Prunus domestica) y las llamadas japonesas (Prunus salicina). En Asturias se las suele denominar en función del color, de la forma y,

Los piescos

Los piescos

Los piescos El piescu, en Asturias, es el fruto de la pescal, árbol que corresponde al castellano melocotonero y que abarca tanto a los melocotones como a los duraznos, duraznillos, pavías, nectarinas, bruñones y paraguayos. Su nombre botánico es el de Prunus persica y quizá de ahí le venga el nombre de piescu con el que se le designa en nuestra región. La pescal es árbol originario de China y según Plinio el apelativo de pérsica se tomó del rey Perseo, que mandó plantar estos árboles en Menfis. Antiguamente se pensaba que estos frutos eran tóxicos, «error común que viene de muy atrás escribió Feijoo en el siglo XVIII— creer que la manzana pé

El peral

El peral

El peral Es el peral, Pirus communis, otro de los frutales íntimamente vinculado a la huerta asturiana. Su origen se localiza en Asia Central y se extendió por prácticamente toda Europa, incluso en forma asilvestrada, desde tiempos antiquísimos. Plinio ya llegó a catalogar unas 36 especies y en la actualidad se cifra su número en varios centenares. En Asturias, al igual que las cerezas, se designa a las peras en función de su forma, color, textura, etc. (peres mantecoses, peres d»agua, peres d»inviernu. . . ). Se consumen en fresco o se destinan para elaborar dulces y mermeladas.

Las fresas

Las fresas

Las fresas Cuenta Dionisio Pérez, Post Thebussem, en Guía del buen comer español, que Atanasio Rivero, escritor asturiano residente en La Habana, escribió en el Diario de la Marina, allá por los comienzos de este siglo, una «apasionada loa al melón, a las uvas, y a las fresas de Candamo, unas fresas que quitan el sentido y que dieron dentera a las del real sitio de Aranjuez». Muchos años antes, en la segunda mitad del siglo XVIII, el leonés Juan de la Mata, en Arte de Repostería, sin duda el más importante tratado antiguo de esta materia en España, enseña lo que sigue: «Las fresas se dividen en dos especies: unas son blancas, y este color es

El manzano

El manzano

El manzano El manzano, pomar o pumar, y su fruto, la manzana o mazana, son dos de los símbolos definitorios de Asturias. Tan antiguo es su origen, posiblemente asiático, y tan incierta la fecha de su cultivo que algunos estudiosos como De Candolle la datan en tiempos prehistóricos. El humor asturiano, lleno de fina socarronería, reconoce en la manzana la causa del primer pecado, según la descripción bíblica en versión de Teodoro Cuesta: «Tal puxu i entró a Eva por manzana qu»escuchó a la serpiente tentadora, y el mazcayu d»Adán, de bona gana, siguió pel camín a la traidora; y al frutu coidiciáu un taragañu i fincaron pal suyu y nostru dañu».

Naranjos y limoneros

Naranjos y limoneros

Naranjos y limoneros Siempre al resguardo de los vientos del norte y protegidos de posibles heladas, los limoneros —y en menor grado, los naranjos— son frutales que no faltan en las huertas asturianas. Su presencia en la región es tan antigua, y con una producción tan notable, que ya Carvallo decía en el siglo XVII: «de Naranja y Limón, hay tanta abundancia, que se cargan navíos para Francia, sin contar la mucha que llevan a Castilla, y se gasta en la tierra». Jovellanos, muchos años después, se lamentaba de que en Asturias se abandonara el cultivo de limones y naranjas para ser sustituido por el del manzano; pero, aún reconociendo esa decade

El kiwi

El kiwi

El kiwi Una de las novedades frutícolas que está introduciéndose a pasos agigantados en la agricultura asturiana es el kiwi, ese fruto ovoidal, recubierto con una piel amarronada algo áspera, en cuyo interior destaca una carnosidad verdosa que en su parte central contiene minúsculas semillas negras. Pulpa llena de alegre frescor en sinfonía de aromas y sabores un tanto exóticos que alternan entre la sandía y la fresa. Su historia navega entre la tradición y la realidad. Parece ser que allá por el año 950 un polinesio de nombre Kupe arribó a las islas hoy llamadas Nueva Zelanda y que él denominó Aoteaora (Tierras de la Larga Nube Blanca). Poco

La zarzamora

La zarzamora

La zarzamora La zarzamora, o mora sin más, es el fruto de la zarza, Rubus fructicosus, que en Asturias recibe el nombre de artu o escayu, palabra que Braulio Vigón deriva de la latina squalidum. La zarza y su fruto fueron apreciadas como medicinales desde tiempos antiquísimos. Según Dioscórides, en traducción de Dorstenio, son buenas para los trastornos de la menstruación, y la masticación de tallos y hojas para la curación de las aftas («Guinguias confirmat, oris sanat ulcera quas vocant aphtas, comanducata eius folia»). Laguna va más allá en sus aplicaciones médicas: «La zarza es conocida de todos: aprieta, deseca y ennegrece el cabello. El

Pía, gueta, gandaya y bolenga

Pía, gueta, gandaya y bolenga

Pía, gueta, gandaya y bolenga En el poema Añorances, de Daniel Albuerne (Villanueva-Santo Adriano, 1879-1912), se leen unos versos que son un claro reflejo de antiguas andanzas infantiles: «Ya non van curre que curre los folgaos rapacinos a colase per ñeraes é nes agües del Caudal; ya non salven los bardiales, ya non plaguen los caminos p»atrapar los manzanales unde tan les de raneta, que cad»una val dos riales, porque son el puru almibre, dolce miele del panal». Ese plagar los caminos p »atrapar los manzanales no es otra cosa que la puesta en práctica, sólo que en un plano infantil de recreo, de la vieja pía, gueta, gandaya o bolenga. ¿Qué e